miércoles, 23 de agosto de 2017

Cuando el Jefe dice "No tengo tiempo"

Posiblemente esto es tu diario vivir, las rutinas laborales en ocasiones demuestran que las horas no son suficientes.

Llegas un día a tu oficina, todo está organizado y limpio, sabes de antemano lo que tienes que hacer y por cuestiones empresariales, te llega una solicitud nueva, sin planear y sabes que al ejecutarla tienes que tomar una decisión, pero no tan practica… hablar con tu Jefe.

Tu cabeza comienza a frustrarse inmediatamente, no más con simular la situación sabes el resultado, tomas tus papeles y con algo de risa imprimes el correo electrónico que evidencia que necesitas de la experiencia, experticia y nivel de decisión de tu Jefe; al fondo ya lo escuchas hablar por teléfono, otras personas haciendo fila para hablar con él y tu cabeza solo dice “¿Cuánto tiempo me tomara esto?”, ves a tus compañeros rascarse la cabeza, sonríes solo con ver los gestos de ellos.

Van quince minutos y mientras estabas esperando en la fila ya se coordinó la fiesta del fin de semana y uno que otro chiste se ha contado para mitigar el momento aburrido de espera, llega tu turno y estás viendo a tu Jefe algo preocupado, ni son las nueve de la mañana pero ese ser con alta responsabilidad se ve como si hubiera estado haciendo una cirugía de corazón abierto por diez horas, le comentas lo que dice el correo y tu Jefe te da la solución, sales de la oficina algo cansado pero satisfecho y pensando que de igual forma tienes que cerrar varios pendientes que tienes en el día.

Mientras estas trabajando, llega otro compañero de la oficina y comenta que se metió en un gran problema por tomar una decisión sin consultarla con tu Jefe, ya que este le decía que “No tengo tiempo”, tú lo miras a la cara y le preguntas “¿Cuántas veces lo intentaste?”, tu compañero responde – “Jamás lo intento, nunca tiene tiempo”.

Reflexionemos sobre lo anterior, ¿Cuántas veces te ha pasado? Si tu trabajo requiere de cierto nivel de apoyo de tu Jefe, ten en cuenta de comunicarle lo que vas a hacer, es preferible mantener la calma y no tomas decisiones a la ligera y manteniendo la excusa del tiempo, tanto el tuyo como el de tu Jefe, así que cuida tu espalda y la de tu Jefe.

Y si eres Líder de área, empresa o proceso, cuantas veces nos tenemos que exponer a poner en riesgo nuestros procesos solo porque existen falencias en tener un orden, un plan de trabajo, por más que tengamos responsabilidades y tareas rutinarias que nos exigen el 100% de la jornada laboral, ten en cuenta estos cuatro aspectos:


-        Todos tus trabajadores, quienes apoyan el cumplimiento de tu empresa o proceso a cargo, requerirán de tus habilidades en cualquier momento, así que mantén escucha abierta y activa.

-        Entiende como está generándose el contexto, si poco a poco se te está saliendo de las manos, es porque no hay claridad del desarrollo y crecimiento de tu negocio o proceso, permite una intervención de estudios de cargas laborales.

-        Puedes definir niveles de decisión, no todo puedes controlarlo y permita solo hacer un seguimiento, así que comienza a empoderar a tu equipo.

-        Maneja rutinas de comunicación con tu equipo, puedes en cinco minutos generar espacios dinámicos de resolución de pendientes, piensa que esos cinco minutos lo encontraras al inicio o finalizar la jornada o escalar el nivel de comunicación a alguien que tengas mas cercano.
 


Y por último, el liderazgo que estas ejecutando debe ser responsable, has llegado allí con esfuerzo, seguramente es lo que querías, así que toma el mando y organiza tu mente frente a tus responsabilidades, así evitaras problemas y que los trabajadores dejen de verte como parte del equipo y curiosamente en el rol más importante.

jueves, 10 de agosto de 2017

Cómo crear hábitos desde una intención clara

Muchas veces en la vida las personas nos proponemos realizar cambios en nuestras vidas sin tener realmente claro el propósito personal que queremos obtener o cómo nos visualizamos al haber realizado esas modificaciones de comportamiento. Muchas veces nos dejamos llevar por lo que otros dicen o por los argumentos que ellos esgrimen con relación a porqué hacer una cosa u otra, siendo que el problema no es escuchar argumentos o sugerencias, el problema es que no nos damos a la tarea de encontrar cual es el valor que tiene para nosotros mismos el realizar este cambio.

El propósito personal, ese valor que encontramos en ese cambio a realizar es fundamental para generar esa determinación que muchas veces nos cuesta y que está directamente ligado con nuestros resultados, la anhelada persistencia.

Muchas veces nosotros nos empujamos a esquemas que no son de nuestro agrado o a situaciones en donde la percepción de los precios a pagar son altamente grandes en comparación al valor atribuido al haber realizado el cambio y en este tipo de situaciones nos damos cuenta el cambio no es generado internamente sino que es presionado por circunstancias haciendo que el mismo no sea sostenible en el mediano ni largo plazo.

De manera que para no caer en los típicos anhelos de año nuevo que no se cumplen es importante identificar varias cosas. La primera de ellas es que sucede en el momento que logre esa meta, cómo me visualizo, cómo me siento, qué es diferente en mí con respecto a mí mismo y frente al mundo. Tenemos que tener claro que lo importante de una meta no es la meta en sí, sino qué hace de nosotros al lograrla, cómo impacta nuestra vida en términos de satisfacción personal, beneficios para mí y los míos e incluso, porqué no al mundo entero.

El segundo elemento clave es identificar cuáles son los posibles caminos que podríamos tomar, que harían en un comienzo más sencillo o efectivo, según sea nuestro enfoque. En ocasiones necesitamos crear las condiciones para llegar a esa meta y debemos empezar moviendo piedras para después terminar moviendo rocas, o simplemente dejar de creer nuestras propias excusas y lanzarnos por nuestro objetivo. Siendo así  lo fundamental en este camino alinearlo con algo que nos apasione, que nos guste y que amemos hacer, puesto que todo cambio implica esfuerzos y no todos los días vamos a tener un buen ánimo o una buena voluntad para realizar algo que nos saca de nuestra zona cómoda y es por eso que al anclarlo a una pasión hacemos que la meta nos atraiga en vez de nosotros empujarnos hacia ella.

El tercer elemento es estar abierto a ver los resultados para aprender, re-enfocar y reconocer los resultados favorables y no favorables. Dado que la única manera que podemos generar experticia es por medio de la acción, por lo tanto es vital aprender de cada decisión emprendida, que nos acerca o aleja del objetivo, así como cosas que nos disfrutamos y otras que no tanto en el camino a ese gran resultado que esperamos.

A partir de ser humildes y  al escuchar o a otros,  logramos  interiorizar las experiencias para volver a lanzarnos con más ganas, a fin de cuentas un resultado no nos define pero es un insumo valioso para el día siguiente. De esa forma encontramos una actitud orientada al éxito, y entonces nuestro deber es perpetuarla en los altos y bajos, en el éxito y en lo que otros llamarían fallo, simplemente sigamos, aprendamos y nutrámonos para seguir adelante.


Día tras día recordemos para qué lo hacemos, seamos inteligentes y permitámonos que la sabiduría nos guíe en cuál es nuestro camino para lograrlo, al cabo de un tiempo nos daremos cuenta que aquello que pensábamos tan lejano es algo cotidiano para nosotros ahora.



martes, 1 de agosto de 2017

LO QUE HAY QUE HACER CON EL MIEDO

No cabe la menor duda que el miedo genera un comportamiento diferente con el que actúas normalmente, la frase “El miedo paraliza” es solo una demostración de que existen personas que, frente a cualquier situación, quedan inmersos en sus pensamientos, unos no piensan y están esperando ser presa fácil de su miedo, pero en cambio, otras personas, que frente al miedo actúan, desarrollan su estimulo de supervivencia y es donde quiero llegar.

Posiblemente estés en ese grupo de personas que frente a cualquier adversidad te quedas quieto, quiero comentarte que puedes lograr enfrentar tu miedo con acción, ya que no es recomendable quedarse estático en cualquier situación no deseada. 

Por cuestiones de juicio, responde las siguientes preguntas:

¿Esperas mucho de la gente?

¿Quieres que las cosas salgan perfectas?

¿Quieres tener el control de todo?

¿Visualizas un entorno perfecto?

¿Crees fielmente en que tu futuro está controlado?

Si respondiste a todos los anteriores con un “SI”, estas en una alta probabilidad de que te quedes quieto cuando tienes miedo.

Entonces, como manejar acción durante el miedo, puedes entrenar tu mente, reta a tu instinto, cuando estés de noche en un lugar que no conozcas, ten precaución, pero no tengas miedo, confía en tu valor.

Si te ascienden a un nuevo trabajo y consideras que los demás esperan de ti, toma el camino fácil, pregunta a tus compañeros y a tus jefes que esperan de ti, que resultados inmediatos quieres, que esperan de ti a largo plazo.

Si estas en un momento de tu vida, como el nacimiento de un hijo, se consciente de que es un reto, el miedo a no saber qué vas a hacer, como lo vas a criar, si será feliz (créeme que hasta tus padres también sintieron eso al ver tu primera sonrisa al nacer y confía, estás leyendo esto ¿cierto?).

La importancia de tener miedo es la certeza de que estas fortaleciendo tu confianza, ya que al momento de sentirlo, buscas acciones para enfrentarlo o evitarlo.
Date el permiso de retarte, enfréntalo, genera planes con muchos escenarios para vencerlo, te dejo claro algo, no esperes que alguno de los escenarios se hagan realidad, porque la vida te dará mas elementos para manejar (creo que todos lo llamamos Ley de Murphy) y tan solo queda algo... rediseñarte.  Así que, si el miedo llega, solo sabes que al enfrentarlo te permite generar confianza, solo diviértete pensando escenarios y disfruta del resultado, tienes ese gran poder también: el rediseño.

Recuerda… el resultado de lo que vives desde tu miedo genera en ti habilidades para rediseñarte y generar confianza.

Y ahora, vuelve a hacerte las preguntas de esta entrada.